Durante esta temporada, estamos teniendo altas temperaturas, esto conlleva el riesgo de sufrir un golpe de calor, sobre todo las personas mayores de 65 años. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recuerda que las personas mayores de 65 años tienen una sensación reducida de calor y, por lo tanto, se protegen menos. Además, disminuye la impresión de sed, con un alto riesgo de deshidratación, sobre todo en personas con enfermedades neurodegenerativas, sobrepeso, enfermedades crónicas o los que toman medicación.
¿EN QUÉ MOMENTO SE PUEDE PRODUCIR UN GOLPE DE CALOR?
Cuando la temperatura de nuestro cuerpo rebasa los 41 grados se produce una hipertermia. Se trata de una situación en la que la persona experimenta un aumento de la temperatura por encima de los límites normales, superando los mecanismos de regulación térmica de los que dispone nuestro organismo y originando el temido golpe de calor.
Los síntomas de la hipertermia suele ser dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos, piernas o vientre, desorientación, pérdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las altas temperaturas.
RECOMENDACIONES DE LA SEGG PARA PREVENIR LA HIPERTERMIA
Para evitar todos estos problemas a las personas mayores, es esencial la prevención de la hipertermia, para este fin la SEGG aconseja:
- Tomar muchos líquidos. La falta de sed es engañosa, por lo que se debe consumir agua, infusiones, zumos de frutas, aunque no se tenga la sensación de sed; y evitar el consumo de bebidas alcohólicas.
- Realizar comidas ligeras, evitando así las digestiones pesadas.
- Evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (12-16 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento).
- No realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor.
- Mantener la casa fresca y ventilada.
- No permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
- Evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros, preferentemente.
- Es recomendable, además, el uso de sombreros o gorras que protejan nuestra cabeza del sol.